Somos frutos de una generación, la de finales de los 80 y principios de los 90. No olvidamos de dónde venimos, pero somos conocedores del ámbito en que nos movemos. Nos educaron antes de la transformación digital, pero somos parte activa dentro de ella.
Somos los denominados millenials, una generación con mucha ilusión, creatividad y pasión.
Las aventuras siempre han sido una de las cuestiones que más le han apasionado a Javier Ugalde, director estratégico. Scrooge y su sobrino a finales de los ochenta y los principios de los 90 le marcaron. Con la tranformación digital y su afán por embarcarse en cuantas más aventuras, le hicieron cambiar el helicóptero por las newsletters y la piscina de billetes por facturas, órdenes de pago.
La capa de Ramón García inspiraba a Asier Cotelo, director de contenidos, siempre había querido despedir el año y darle la bienvenida al nuevo. Su sueño era ser presentador y tener su propio medio de comunicación. Los nuevos medios le brindaron esa oportunidad y no la dejó pasar.
Eduardo Vázquez, nuestro creativo, nacido a principio de los 90 siempre había imaginado qué corbata se pondría el día que le tocase subir a recoger su Goya e incluso su Óscar. Sin embargo, el golpe que le asestó la democratización de los contenidos audiovisuales le ha obligado a tener que conformarse con ser nuestro “youtuber” preferido o nuestro inspirador en Vimeo.
Naiara Urra, diseñadora gráfica, es la más pequeña del grupo. Nacida en plena década de los 90, antes de que Indurain ganase su último Tour, pintaba lienzos desde casi un año más tarde, ser pintora era su principal ensoñación. Se nos quedó a medio camino, la irrupción de la transformación digital la convirtió en una “millenial” pura y dura y descubrió su arte para el Ilustrator, Indesign y Photoshop.
Andrea García, contenidos, siempre pensó que el deporte sería su modo de vida. Soñó con hacerlo sobre unos esquís y proclamarse campeona de España. No solo lo consiguió, si no que lo superó: fue en modo virtual y se proclamó campeona olímpica de invierno en PS4. En la vida real, cuenta los logros deportivos de los demás.